jueves, 2 de junio de 2011

Empezaron los problemas, se enganchò la pena, se aferrò la soledad. Ya no mira las estrellas, mira sus ojeras, cansada de pelear. Olvidàndose de todo, busca algùn modo de encontrar su libertad. El cerrojo que le aprieta, le pone cadenas y nunca descanza en paz, y tu dignidad se a quedado esperando a que vuelvas.
Que nadie calle tu verdad, que nadie te haga màs llorar, hundièdote en silencio, que nadie te obligue a morir cortando tus alas, que vuelvan tus ganas de vivir. En el tunel del espanto, todo se hace largo cuando se iluminara amarrado a su destino, va sin ser testigo de tu lento caminar. Tiene hambre sus latidos, pero son sumisos y suenan a su compàs. La alegrìa traicionera le cierra la puerta o se sienta en su sofà, y tu dignidad se a quedado esperando a que vuelva.